Siempre he pensado, como hombre, que ser diseñador gráfico, es lo mas cercano que podremos estar los hombres a sentirnos como madres.
Tienes un embrión, la idea, la vas madurando i planificando hasta que le das forma. Después la ayudas a crecer, con valores, significado, colores, formas. Hasta que finalmente se va de casa.
En todo este proceso, tu estas allí, sufriendo, disfrutando, intentando darle ese algo especial, que la hará distinta a los demás. Ese toque que marcara la diferencia de tu cliente y su producto.
Creo que tienes que sentir lo que haces, después de todo, el diseño es comunicación y tienes una responsabilidad.
Si no sientes lo que haces, mejor no lo hagas.